· Simplemente aguardentoso
Supongo que a nadie le pudo escuchar mentadas de madre durante casi tres horas; tampoco nadie chistó cuando Alejandro Lora, después de una de tantas canciones, se detuvo un momento para mentarle la madre a un espectador que, según él, no cesaba de recordarle a su jefecita; y también supongo que todos al menos tararearon sin pudor las rolas más simples de El Tri que, a decir verdad, son la mayoría.
Qué iba a importar, si el chiste era echar desmadre “como en la secundaria, niños”. Y sí, el desmadre también vale la pena en los conciertos rocanroleros, esos que se alejan concientemente de la poesía y del genio musical. Uno sabe a lo que va, no hay más.
La voz aguardentosa de Lora, fea (sólo pudo haber sido vocalista de El Tri), pidió aplausos, mentó madres, explicó el funcionamiento eyaculatorio de su bajo (eléctrico) y ejemplificó ese pasito que suele practicarse por las noches, o donde nos agarre la urgencia. (De arriba hacia abajo, con los brazos).
EL Tri, que tocó hace una semana en Tuxtla, ha sabido ganarse a ese sector que prefiere las cosas sencillas, sin mucha retórica. Aunque, claro, habrá quienes con razón se avienten el paquete de criticarlo porque no se le puede comparar, por ejemplo, con los grandes gurús mexicanos, españoles o cubanos.
Para ser sincero, y que no se diga que me dedico a escribir ditirambos, sus producciones recientes me parecen una mierda. No sé por qué ese empeño de cantarle a la “virgencita”, ni que estuviera tan buena. (Y fue de las más coreadas, ¡ups!).
Lo mejor es su producción ochentera, con cortes rescatables, como esa del “Vicioso”, “Metro Balderas”, la multichoteada “Triste canción”, “FZ10”, “Seguro de vida” o “Mente roquera”; estos sí son buenos discos: Simplemente, Hecho en México y Otra tocada más, al que debemos de agregar, por supuesto, el En vivo en la cárcel de Santa Marta.
Lo que El Tri supo hacer bien fue volver a poner en circulación temas como “Es lo mejor”, “Blues de la llanta”, “Ya me voy”, “Chavo de onda”, “Oye”, de la época setentera. Digo que estuvo bien porque, aunque se dude, reunió a distintas generaciones de roqueros, como se vio la semana pasada en su concierto.
Demasiado furor
No puede dejar de leer la columna Demasiado furor, del “maese” Esdras Camacho. Reseñas de libros, películas y otras vainas en las páginas de La voz, los miércoles, así como en la revista electrónica Estesur, www.estesur.com.
mentas: vlatido@yahoo.com.mx