Oficio de tinieblas

Oficio de tinieblas
sclc/vlátido

viernes, julio 21, 2006

Pacífico

· Pacífico




1. En mis viajes cibernéticos topé con el texto “El mesías tropical”, de Enrique Krauze (www.letraslibres.com; el texto apareció en la versión impresa de la revista correspondiente al mes de junio). Krauze analiza filias y fobias de Andrés Manuel López Obrador para encontrar, en la singular forma pensar del tabasqueño, las explicaciones que alimentan la idea de que AMLO es un peligro para México. De entrada dice que es antípoda de Benito Juárez y de Lázaro Cárdenas y, al contrario, heredero natural de Tomás Garrido Canabal y Carlos Madrazo.

2. Compara el pensamiento de Obrador con el de un mesías, y recurre a la figura de Cristo quien redimió, según el catolicismo, a la humanidad. López Obrador, dice Krauze, con discurso populista quiere hacer lo mismo. Los infortunios de su vida le han hecho pensar que vino al mundo con una misión providencial: librar a los pobres de los poderosos. El peligro para México es que movilizará a sus seguidores, los violentos, y los llevará a una lucha sin sentido por su ambición por el poder.

3. No creo en todo lo que dice Krauze: su artículo es amañado; hace que las ideas converjan en un sólo punto, sin que necesariamente sea así. Son las bondades del lenguaje y de una mente tan brillante como perversa. Krauze, todos lo sabemos, es uno de esos intelectuales orgánicos cuya función es legitimar, mediante el discurso y la propagación de las ideas, un régimen establecido. A ese régimen sirve desde sus letras libres (liberales, le hubiera gustado) y desde su idea de un México en el nuevo siglo, es decir, desde el poder mediático. Acertó en sus predicciones de los escenarios posibles el
3 de julio, pero lo hizo porque él mismo forma parte de ese gran fraude que se trata de legitimar con el discurso y no con los hechos. Es una estrella más del canal de las estrellas. Y si no, hay que seguir atentos los embates de Televisa para asegurar, de un plumazo, con pensamiento único, el triunfo de Felife Calderón.

4. El discurso violento es el que desde las estrellas saja, acuchilla. Un López Dóriga encolerizado que a como dé lugar quiere imponer su democracia, divirtiéndonos con un payaso que asiste a las fiestas donde mejor le pagan. Sonrían niños, ¿quieren que les cuente un cuento? Ya me lo sé. Es más peligrosa la violencia de los pacíficos, mochos de doble moral que expían sus penas con jugosas limosnas transadas por todos lados. Total, son de allá arriba.

5. Una joya para el diccionario: la redefinición de pacífico.


Zapping

Escucho el disco “¡Con fuerza!”, de Sekta Core, grupo mexicano de punk ska que no se complica la vida. Música rápida, a veces muy core, otras muy ska; letras sencillas con demonios y monstruos en mi cabeza y en mi almohada. A brincar: ¡El hombre eléctrico! Diviértanse, el happy punk es música para pacíficos rebeldes.

mentas: vlatido@yahoo.com.mx

martes, julio 11, 2006

Chueco

Chueco



¡Puf! Se acabó el Mundial de futbol, por fin tendré aunque sea un par de semanas para desintoxicarme, antes de que empiece la liga en México y la fase final de la Copa Libertadores. En el interregno las noticias crecientes del fraude electoral empiezan a distraer mi atención, a entretenerme. Veo cómo la fiesta de la democracia ya va en la tornaboda; me siento un poquito ebrio y ya algo desvelado. Algo de eso me encabrona porque, he de ser sincero, aborrezco las pinches fiestas. Si mi harto tendré que hacerle caso a Luis Daniel Pulido, buscaré a mis cuates para que, en coro, gritemos: “¡chinga tu madre Calderón!”. Le agrego, con algo de esnobismo izquierdoso (porque no puedo dejar que gobierne la oligarquía, el clero y las televisoras), “tu reputísima”. Al final, ¡oh triste realidad!, no creo que López Obrador se unja como presidente. Y me encabrona, porque aposté unas caguamas a que sí… y, pobre iluso, también a que la Selección jugaría el famoso quinto partido. Me encabrona porque yo las tuve que pagar, aunque, al final, regresé medio bolo a mi casa.
Lo bueno de todo esto, le dije a Talita, es que el tiempo no se termina, que la carrera es larga, que la historia nos da otras oportunidades. Dentro de seis años ahí estaré otra vez con mi dedo gordo sucio de tinta indeleble, cruzando el sol sin bloqueador recostado en la arena con una michelada y clamato, lentes oscuros y mi greña al viento. Por eso no me desespero. Y la Selección lo mismo, ya estoy pensando quién puede ser el próximo técnico (no quiero apostarle a Hugo Sánchez, pero que se me hace que es el bueno), quiénes los jugadores, quiénes los naturalizados… y también quiénes se van a prestar, borregos, a hacerle el juego a la derecha; no me malinterpreten, no que apoyen al candidato de la gente bien, sino al carrilero que por derecha pueda desbordar, encarar, driblar descaradamente para enviar buenos centros. Pero no sólo a la derecha, sino también a la izquierda porque en el Mundial México nunca llegó por los costados. Yo le apuesto a los chuecos.


Zapping

El queso y los gusanos

Menocchio, un molinero italiano del siglo XVI, tiene una idea extraña: el mundo es como un queso y en él los gusanos somos todos, los hombres, los ángeles, Dios. La Santa Inquisición, al enterarse que Menocchio difunde estas ideas que atentan contra sus dogmas, le acusa de hereje, le sigue un juicio y al final lo ejecuta. Carlo Ginzburg, autor de El queso y los gusanos, rastrea esta historia para contar cómo las culturas subalternas, sus creencias y costumbres, sobrevivieron en la Europa medieval a pesar del férreo control de la Iglesia católica.

mentas: vlatido@yahoo.com.mx