Oficio de tinieblas

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sclc/vlátido

martes, octubre 03, 2006

Espécimen

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Espécimen


Cincuenta pesos costó el boleto de la tocada. La fecha, no la recuerdo. Todavía cursaba la universidad, llevaba la mata al viento, como suelen hacerlo los posesos metaleros, y vestía siempre de negro, con playeras estampadas de demonios y degollados. No mucho hace de eso. Espécimen, tijuaneneses entonces recién radicados en el defectuoso, tocó en Tuxtla.
Tomé el boleto que había comprado en una zapatería, por el mercado, me subí al colectivo, y llegué al lugar. Sólo punch, punk, mariguana y caguamas. Lo mío, lo mío, lo mío… las caguamas.
Por estos lugares, en el sur de México, frontera, no suelen llegar las glorias del rock subterráneo mexicano. Lo han hecho, por casualidad, Luzbel, Transmetal y, quien me ocupa, Espécimen.
“Muertos por la misma sobredosis, ahora juntos nos podremos ir… ¡al infierno!”, algo así debió haber empezado el concierto aquel. No me viene a la memoria cómo fue, pero si no ocurrió así, qué importa. La rola está chingona.
El slam se armó como en los mejores hoyos: volaban playeras, zapatos, bolsas llenas de caguama, y uno que otro palo. El remolino humano expulsaba, de vez en vez, cuerpos casi inertes que rebotaban en las paredes del lugar. Y tras unos pocos minutos de sosiego, tanteando su universo, entraban de nueva cuenta en la refriega.
La voz del Benny Rotten, entre canción y canción, confirmaba la regla: chillona, aguda, amampada. Y los modos del bajista Zito Martínez, que para entonces había dejado Luzbel, suponían lo mismo. Lo chido era cuando se ponían a cantar, y con ellos echar desmadre.
En la tocada me encontré con un amigo, Luis, gruexo como él solo. Chemo, bolo o mariguano, al saber, hizo el slam. Con la rola “Corazón amargo” se volvió loco. Aventó puñetazos, patadas, y se perdió. Lo encontré, minutos después, tarareando la rola, con la cara ensangrentada, encabritado en pos de venganza.
Espécimen siguió su encore, con su “Chox es drogadicto”, “Genética”, “Cronopios” “Total” hasta casi la medianoche.
No sé por qué recordé esto, quizá ha sido una de sus rolas que dice “estoy borracho y no paro de hablar, creo que he bebido más de la cuenta…” No sé.


Zapping

La polaca en guerra de baja intensidad. Y así estamos nosotros, a la baja, a la expectativa. En Oaxaca, otra bomba. En Chiapas, realpolitik. En mi casa tanta fotocopia cría ratas. Bueno es que la izquierda cierre filas, se organice y se prepare para la batalla, que es larga. Yo vivo atrincherado.

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