· Periodismo gore
A los cadáveres solamente los he visto en fotografías. Bueno, confieso, una vez iba caminando rumbo a mi casa y en el Sabinal vi a un hombre que, según yo, estaba durmiendo. Al otro día, noticia de contraportada: “Lo encontraron muerto en el Sabinal”. Algo así decía. Y sí, la foto era de ese pobre bolenco.
En los periódicos sigo viendo cadáveres, hombres y mujeres que alguna vez, en vida, gozaron de la humedad libertaria. Los diarios se han vuelto carniceros. Ofrecen panza, pata, hígado, tasajo y si va usted a querer sus tacos con doble tortilla. Los clientes piden monte en exceso y también una salsa que pique. Y si hay un consomé es bueno para el descrude.
El negocio es añejo, pero no deja de ser redituable. Es el morbo.
Mujeres desconocidas que son halladas en las alcantarillas, con historias que todos se imaginan pero que nadie afirma; más morbo. Hombres de rostros desfigurados, irreconocibles; adolescentes con la lengua de fuera pendiendo de una soga: sangre por todos lados.
El tren que degüella a los transmigrantes, el alcohol que maneja los destinos, los hilos, de los conductores; los celos que preparan la hoz, el desquicio, la enfermedad, la locura. Motivos hay muchos, sí que los hay. Y ellos lo saben.
Mientras, seguiré viendo un montón de fotos: tripas, vísceras, sangre: el mercado.
Periodismo gore, deberían decirle.
Xerox revenge chiapaneco
Más locos y cargados de batacas regresaron de Veracruz los del Xerox revenge, movimiento fanzineroso que sobrevive en las cloacas de Mi oficina (o cualquier otra, lo mismo da. Vientos pinchequijote por Léase: escribir…). Fueron allá a leer sus textos y, supongo, a dejarse consentir por esa vieja alcahuete a la que llaman calor.
mentas: vlatido@yahoo.com.mx
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