Oficio de tinieblas

Oficio de tinieblas
sclc/vlátido

miércoles, noviembre 30, 2005

El colectivo

El colectivo


En el colectivo. Oscurece. Horacio busca ocho pesos para pagar. No encuentra. Hace un gesto de desesperación. Un hilillo de sudor se asoma en su frente. Magali saca de su bolsa una moneda. Paga. Acaban de dejar la cafetería. Van a casa. Magali abre la ventanilla de la combi. Horacio deja de sudar. El aire se cuela por los botones de la blusa de Magali. Se excita. Sus pezones están erectos, duros. Magali los ve. Finge rascarse la cabeza. Su antebrazo le roza los pezones. Suelta un pequeño gemido.
Magali: El chofer me está viendo.
Horacio: ¿Te desabrocho?
Magali: Sí.
Horacio: Ya estás excitada.
Horacio y Magali son los únicos pasajeros. El chofer los ve. Atento al tráfico, atento al retrovisor. La blusa está entreabierta. Se alcanza a ver el sostén. Magali se frota los pezones. El ojo atento en el retrovisor. Magali desabrocha otro botón. Susurra en el oído de Horacio.
Magali: Tócame.
Lo besa. El aliento cálido en su oído lo turba. Horacio mete la mano en la blusa. Sus dedos buscan los pezones. Hace a un lado el elástico. El ojo atento en el retrovisor. Observa.
Magali: ¿No te enoja?
Horacio: Me gusta.
Magali: ¿Por qué?
Horacio: Porque a ti te gusta.
A Horacio le sudan las manos. Las desliza adentro de la blusa. Los hombros de Magali están desnudos. Un tirante se desliza hasta el codo. Magali ve los ojos del chofer por el retrovisor. El chofer se ruboriza. Magali mira la calle. No resiste. Vuelve a ver en el espejo. El chofer está nervioso. Se siente descubierto. Horacio frota su dedo índice en el pezón de Magali. Sus manos están frías. Magali pone su mano en la bragueta del pantalón de Horacio. Besa con ternura su mejilla. Hace un movimiento rápido con la mano. La lleva hasta su blusa. Se abotona. Cierra la ventanilla. Mira otra vez al chofer. Éste la queda viendo. Esboza una sonrisa. Piden la parada.
Horacio y Magali bajan del carro. Caminan una cuadra. El chofer los sigue con la mirada. Esperan otro colectivo.

Zapping

Imposible negarlo: leí El gato, de Juan García Ponce. Otra onda. Me salió este ejercicio.

mentas: vlatido@yahoo.com.mx

2 comentarios:

Héctor Anselmo dijo...

Ah!!! que cosas tan ricas deja vivir la cotidianidad en pleno. Eso de andarse caldenado, fajando o cuchiplanchando en los colectivos es de poca madre. Qué dias aquellos cuando uno era chavo y escandalizaba a los mayores con los dedos metidos debajo de una faldita a cuadros o cuando andaba de tentón metiendo los deditos entre los botones de una blusa pa' tocar los placeres de un encaje en un brasier... ah, que brasier el de Nadia.
Saludos mai frien

Héctor Anselmo dijo...

Ah... y deje el comenario en lo del Twercero, ya lo colocaré apenas lo vea.
Saludos mi vlati