Oficio de tinieblas

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sclc/vlátido

lunes, agosto 09, 2004

Noticias de este imperio

Noticias de este imperio (o la manipulación del pasado)



Ya en el siglo XIX había razones para negar la Historia. Con la independencia de México nacieron dos bandos, los liberales y conservadores, que discutieron e intentaron llevar a cabo su propio proyecto de nación. Entre otras cosas, ambas facciones tenían su propia idea de la manipulación del pasado. Su propio concepto de la historia de México.

En resumen: los liberales, grupo de ideas progresistas, apostaban por la creación de un nuevo ser mexicano, negando, de paso, las raíces prehispánicas e hispánicas, así como la religión católica; los conservadores, por su parte, negaban las raíces indígenas y argumentaban que la identidad debía de construirse a partir de la hispanidad, es decir, de la conquista de México a manos de los españoles.

No sé dónde he oído eso, me suena familiar.

Bien dicen que la historia describe espirales; que es, de alguna manera, cíclica. Y sí, tienen razón. Ya en el XIX se pretendía construir la identidad manipulando el pasado (también, hay que decirlo, negando el pasado). Ahora, en pleno siglo XXI también hay intentos de manipular el pasado y negar la historia. El ciclo, pues, se repite.

Una de las razones del XIX era no nacer desamparados, solos, sin ningún paternalismo en el concierto mundial. Los grupos conservadores querían, para no perder privilegios, seguir bajo el cobijo de alguna corona europea. Por eso su historia comenzaba a partir del siglo XV, cuando los españoles (esos semidioses) descubrieron estos territorios que después, al inventarla, llamaron América (O’Gorman dixit).

Una de las razones del XXI es construir una nueva identidad del mexicano de acuerdo al concierto mundial. Vivimos en la era de la tecnología y de la información, de la división internacional del trabajo, de la globalización. ¿Qué caso tiene enseñar historia? Lo que importa es no pensar, actuar mecánicamente, siempre haciendo sumas, restas y otras operaciones. Por eso nada cuesta reducir la enseñanza la historia y comenzar a contarla, qué casualidad, desde el siglo XV, al menos en la secundaria.

Ahí están las espirales de la historia. En esencia las circunstancias son las mismas, o quizá sea única: apegarse a un orden que rebasa la particularidad o, digámoslo así, la mexicanidad.

Y después hubo un dictador, luego una revolución, posteriormente una etapa de reconstrucción, una dictadura de Estado y al final una supuesta transición. ¿Ya se saben la historia?

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