Oficio de tinieblas

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miércoles, agosto 04, 2004

Apunte para fanzineros



· Apunte para fanzineros




Más allá de las fobias y las filias, del artículo contestatario, del poema maldito o cursi, del cuento, de la mentada de madre y de la ira que, si no se escupe, envenena, el fanzine representa un ejemplo de comunicación alternativa.

Máximo Simpson, teórico de la comunicación de origen argentino, (no lo vaya a confundir con el gordo amarillo de la tv) planteó, entre otras cosas, que para que exista comunicación alternativa el mensaje debe ser antiautoritario, horizontal, sin compromisos, con posibilidades de retroalimentación y que se convierta en una alternativa al discurso dominante.

Simpson también apuntaba que otras de las características de la comunicación alternativa son las que se refieren al usufructo del medio, a la participación de la colectividad y hasta a su distribución. En pocas palabras, el profesor argentino apeló a la colectividad y al antiautoritarismo.

El fanzine se construye por un colectivo pacheco, (o en el triste viaje de la soledad), donde simplemente se vierten ideas de manera horizontal, de tú a tú; en el que no se imponen mensajes ni se considera que lo que se dice es la neta; es tan flexible que bien cabe un poema trillado o un cuento en el que se desafía a las palabras; es un papel fotocopiado que se convierte, se quiera o no, en una alternativa al discurso dominante de los medios de comunicación.

Su distribución es de mano en mano, interpersonal, que alcanza a públicos mayores, es decir, a grupos de personas con características similares, sin llegar a la denigrada masividad. El usufructo, como tal, no existe. Considera a la información como un bien público, a los textos, literarios o periodísticos, como una necesidad.

Así es un fanzine, antiautoritario, libre, anarquista, punketo, rockero, desmadroso, alternativo, viajero, guajiro, escandaloso, alucine, anti censor, creativo, simple, cursi, sabroso, y una larga lista de etcéteras en la que se pueden incluir los calificativos más agresivos como los más aich. Puede que haya de todo.

También en la red se comienzan a popularizar los blogs, una suerte de bitácora personal. Esa también es una forma alternativa que obedece a las puras ganas de comunicarse. Aunque, además, es una buena golosina voyeur. Pero ese será tema de otra entrega.






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